Si me sigues desde hace algún tiempo, te habrás dado cuenta que me encanta buscar fuentes serias y variadas para respaldar las cosas que escribo, y de esta manera poder dar una opinión lo más imparcialmente posible. Creo que es un deber que tengo como persona que desea hablar de algo de una forma sensata.
Hoy te deseo compartir los resultados de un interesante informe, que precisamente lo es debido a su metodología.
Las ciudades menos costosas para vivir
Hace muy poco, la compañía de consultorías internacionales Mercer publicó su informe de los costos de vida a escala mundial “2016 Cost of Living Rankings”. Este estudio está enfocado a las empresas multinacionales y los gobiernos que necesitan relocalizar a su personal.
Ottawa, Calgary y Montreal serían las 3 grandes ciudades menos costosas para vivir en Canadá en 2016.
El listado que esta empresa realiza habla básicamente de las ciudades más caras para vivir, y tiene 209 entradas, clasificadas de la más costosa (con el lugar número 1, a la más económica, con el 209).
Como lo que nos interesa es conocer acerca de Canadá, y de paso compararla con nuestros países de origen, de esa misma manera he enfocado esta nota.
Primero, veamos las ciudades canadienses, luego otras grandes ciudades hispanohablantes, para terminar con un análisis de por qué todo esto es interesante.
Canadá
El informe destaca que las ciudades canadienses continuaron, como el año pasado, su tendencia a volverse más “económicas”. Esto se da principalmente debido a la debilidad del dólar canadiense con respecto a su contraparte estadounidense.
Incluso Vancouver, la ciudad más cara de Canadá, ya no lo es tanto con respecto al año pasado.
Las grandes ciudades menos caras para vivir en Canadá en 2016 serían:
(Mientras más alto el número indicado, más económica)
Ottawa (posición 171 del listado), Calgary (162), Montreal (155), Toronto (143), Vancouver (142).
¿Tal vez te sorprenden los resultados? Te confieso que a mí sí, porque (entre otras) según el informe MoneySense de los mejores lugares para vivir en Canadá, se dice que Ottawa es una ciudad costosa…
América Latina y España
Estas serían las 5 ciudades latinoamericanas menos costosas para vivir:
Monterrey (México, 197), Managua (Nicaragua, 192), Brasilia (Brasil, 190), Bogotá (Colombia, 190), Tegucigalpa (Honduras, 188).
Igual como pasó con Canadá, el índice de costo de vida bajó debido al aumento del valor del dólar estadounidense.
Hay algo que noté, y es que para Nicaragua, Colombia y Honduras el estudio sólo menciona las ciudades capitales, dejando de lado otras, que tal vez pudieran ser menos costosas.
Las ciudades hispanohablantes más costosas
Buenos Aires y San Juan de Puerto Rico son las ciudades más caras para vivir en Latinoamérica.
Este es el “top 5” de las ciudades con mayor costo de vida entre los países de habla hispana (el número más bajo indica un mayor costo):
Buenos Aires (Argentina, 41), San Juan (Puerto Rico, 67), Ciudad de Panamá (Panamá, 81), San José (Costa Rica, 94), Madrid (España, 105).
Aquí va algo interesante…
Al analizar los puestos en la tabla global de países, así como los reportes relacionados, he quedado con la impresión de que los costos de los impuestos de venta para cada producto (los «taxes«), llamados IVA en la mayor parte de los países hispanohablantes, ya están incluidos en los cálculos. Es algo valioso pues hace que el informe sea más práctico y realista.
Eso lo digo porque algunas veces uno no tiene en cuenta que en Canadá el precio mostrado en todas partes es antes de impuestos, lo que descuadra el presupuesto cuando uno no los ha tenido en la cuenta…
La metodología y el “pero”
Ya te has dado cuenta que nunca me trago enteros este tipo de informes, y hay algo que he notado aquí.
Voy a contarte lo que vi en los datos e informes para que tú mismo(a) llegues a tus propias conclusiones.
Para entender este estudio, hay que saber que este informe no es enfocado a inmigrantes, ni siquiera a locales, sino a personas que van a ser relocalizadas.
¿Qué quiere decir eso? Te lo explicaré con un ejemplo:
Un holandés que vive bien y con todas las comodidades en su país, trabaja para una buena empresa multinacional. Un día su empleador le ofrece que continúe trabajando para ellos, pero desde su sede en Buenos Aires.
Como la empresa desea ser justa, pero sin pagar más, debe hacer uso de estudios de costos de vida mundiales para ver cuánto debería desembolsar, para que la nueva vida de nuestro amigo en Argentina sea de la misma calidad de la que tenía en Holanda. Ahí es donde estos estudios juegan en las tomas de decisión.
De esta manera, nuestro amigo holandés podrá continuar con sus mismos hábitos de consumo de holandés, pero en Argentina.
Para la realización de todos estos cálculos, el informe toma como referencia a la ciudad de New York.
Es diferente para nosotros como inmigrantes
Nosotros, que venimos como inmigrantes, normalmente no tenemos un inicio queriendo mantener el nivel de calidad de vida (hábitos de consumo) que teníamos en nuestros países de origen.
Así es, para ser precavidos en nuestro nuevo país, por lo general reducimos gastos o hacemos ciertos sacrificios mientras nos logramos estabilizar.
La gran mayoría de inmigrantes estarán de acuerdo conmigo en que los primeros años en un nuevo país son de muchos sacrificios y cambios
(¿Qué opinas? ¿Cuál fue tu experiencia? – todos esperamos tu comentario en el espacio de la parte de abajo de este artículo).
Adentrándonos en el informe
El informe dice que las comparaciones de costos son realizadas en establecimientos con precios promedio.
Como puedes ver en la tabla comparativa de arriba, en Buenos Aires (la ciudad más cara de América Latina), unos blue jeans están valorados en US$148.90 (dólares estadounidenses). Eso quiere decir algo así como ARS $2222 (pesos argentinos).
Por ese precio, estoy seguro que los escogieron de una marca cara. Seguramente un argentino no compraría algo así de manera muy frecuente.
Para ver qué podía yo comprar con ese dinero, me decidí explorar el sitio web de una tienda por departamentos muy famosa en Argentina, y encuentro que ese es el precio promedio de los pantalones más costosos, no el de los de “precio promedio”.
Ahí me queda una inquietud: ¿Entonces a dónde van a comprar cosas para realizar estos informes? ¿O su enfoque es el de mantener un modo de vida con un estándar muy alto?
En fin, como ya dije, para nosotros que somos inmigrantes, y que normalmente venimos preparados para bajar temporalmente nuestro nivel de calidad de vida (y gastos) en el nuevo país, la forma en que este estudio fue pensado nos podrá parecer que es algo costosa en algunas circunstancias.
Luego del análisis crítico, regresemos al punto de la utilidad de este informe para un inmigrante.
Para qué nos serviría este informe
Como vimos, tal vez los precios que este reporte utiliza para evaluar la canasta familiar sean más altos de lo que nosotros gastamos o estaremos dispuestos a gastar, pero son un buen punto de partida para (re)evaluar nuestro objetivo a largo plazo en Canadá.
Si tenemos en cuenta que el informe se enfoca en mantener la calidad de vida, ahí es donde es interesante su análisis para el caso de los inmigrantes profesionales.
Así es. Estoy seguro que casi todos queremos ejercer nuestra profesión en Canadá, o reinventarnos, mientras tenemos un nivel de vida digno.
Llegados al punto de ejercer nuestra profesión en Canadá, o una profesión con pago equivalente, se supone que podríamos comenzar a tener un nivel de consumo similar al de nuestro país de origen.
Ahí es donde ese listado sería aplicable, permitiéndonos ver si el buen nivel de vida que tal vez llevamos en nuestros países sería más o menos alcanzable en Canadá, según nuestro salario canadiense.
Termino la nota haciéndole una pregunta, especialmente para los lectores que vivan en Buenos Aires, New York o Vancouver:
¿Los valores de la tabla que vemos más arriba son realistas? ¿están de acuerdo o no con el informe Mercer o con mi análisis? – esperamos sus comentarios en el espacio debajo de esta entrada.
A todos nos gustaría mucho leer sus opiniones para aprender más.
Muchas gracias por leer y participar, ¡nos vemos en la próxima!
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