(Junio de 2010, comienzos del verano)
Continuando con la serie de mis pimeros días…
Varias personas en el Foro han comentado que a lo que llegan, les comienza a sonar el estómago, cosa que no les sucedía en Colombia. A mi gracias a Dios no me ha sonado el estómago aquí (bueno, sólo los 2 primeros días e imagino porque aquí la luz del sol estos días dura hasta las 8:30 PM y uno se confunde).
Mirando en perspectiva, la alimentación no es demasiado cara para uno como recién llegado. (… ¿o será que me meto ideas para no estresarme?) 🙂
Es inevitable comparar los precios colombianos a los de Canadá, pero para darles un estimativo, en una máquina dispensadora de gaseosas en botella, una botella de 515 ml puede valer de 2 a 2,5 CAD.
En un mercado, 800 gramos de un pan integral de buena calidad, parecido a la baguette valen casi 5 CAD. Una caja de dos litros de leche semidescremada vale 3,7 CAD. Estoy dando los precios incluyendo los impuestos (los alimentos hoy en 2010 no tienen impuestos, a no ser que sean procesados).
Es mejor a veces no tener en la cabeza la tabla de conversión pesos colombianos < > dólares de la USA < > dólares canadienses porque o sino uno se estresa. ¡De verdad!
Ah, y muy recomendado al llegar que entren a un dépanneur (una «tienda de la esquina») o a una librería y se compren un mapa en papel de la ciudad, para andar con él en el a mano cuando uno esté caminando y explorando la ciudad y no tenga un teléfono con GPS a mano. Estos mapas valen como 6,25 dólares incluyendo impuestos y a veces son más prácticos que el GPS si uno va a pie.
También es demasiado útil ir a un lugar en donde vendan los pases para el autobús y pedir un mapa de la red de transporte (en francés se dice la carte du réseau), que lo bueno es que incluye el mapa de la ciudad y es gratis. 😉
Los teléfonos públicos…
Cuando uno es recién llegado (por lo menos yo) no corre de inmediato a comprarse de una un teléfono celular, mejor espera a conocer más cómo se mueve esto y mientras tanto compara los planes. Al necesitar hacer una llamada desde fuera de la casa los primeros días uno verá que en la calle sus mejores amigos para las comunicaciones son los teléfonos públicos (hasta que dejen de existir por culpa de nuestros celulares).
Hasta ahora he visto dos cabinas «diferentes» de teléfonos públicos en esta ciudad:
Bell y TELUS.
Ambos teléfonos son iguales, y la cabina en su exterior o en algún lado tendrá el logo diferenciador.
En estos teléfonos se pueden enviar mensajes de texto (tiene teclado alfanumérico) o se puede hablar normalmente.
En cuanto a lo que reciben para pagar, puede ser efectivo (monedas), tarjeta prepagada (la carte à puce, como la de Bell) o también se pueden poner tarjetas de crédito.
Bell es la empresa que más tiene cabinas telefónicas, y algunas veces se encontrarán las de TELUS.
Desde ayer amo a los teléfonos públicos TELUS: hacer una llamada local (tiempo ilimitado) vale 25 centavos, mientras que en una cabina de Bell se cobran 50 centavos por la misma llamada…
La primera llamada que realicé desde Canadá a Colombia, para decirle a mi madre que había llegado bien, la hice por medio de un teléfono público Bell, insertando mi tarjeta de crédito de Colombia. ¡Qué llamada más cara!
Bueno, ésta es la última entrada de la serie de mis primeros días. Las siguientes entradas serán luego de llevar unos meses más aquí, para poder comentarles las cosas desde otro punto de vista.
Para terminar, les comparto unos sitios con fotos de mi nueva ciudad:
http://www.telegraphe.com/photograf/quebec/index.html
http://www.flickr.com/search/?q=qu%C3%A9bec
Para continuar con el relato, te invito a la entrada llamada «Mis primeros tres meses en Quebec (1)»
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Si apenas comenzaste a leer esta serie de entradas por esta nota, te invito a comenzar por el principio: «Mis primeros días en la ciudad de Quebec«
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