Llegando a dos años de vivir en el Quebec

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26 de marzo de 2012
Ya casi voy a ajustar 2 años por estos lados.

Luego de un largo tiempo, continúo con mis relatos tal como lo venía haciendo desde la entrada anterior.

Les comparto algo personal, mi vivencia y algo que vengo pensando estos días. Algo que complementa —con una visión de no tan recién llegado— todo lo que he compartido a lo largo de los relatos que les he venido contando desde Mis primeros días en la ciudad de Quebec, entrada que escribí días después de haber entrado a este país:

Comienzo pues.

Antes de venir investigué muchísimo y me preparé lo que más pude.

Con el ánimo que tenía de saber que este proyecto era para mí, en esos años de preparación (cuento incluso los años mientras estudiaba francés antes de mandar los primeros papeles) el tiempo y las energías me daban para estar trabajando tiempo completo, estudiando tiempo completo en la Universidad en las noches, ir al gimnasio, y a la vez estudiar francés, leer sobre Canadá y sobre Quebec, organizar el Foro y estar con mi novia. No me pregunten cómo hacía, pero lo hacía… eso sí, dormía menos de 4 horas al día.

El esfuerzo fue demasiado duro pero aquí estoy.

Ese esfuerzo no lo hice por Canadá, ¡no!, lo hice por MI, por estar contento. Son aprendizajes que me pueden servir en Colombia o en cualquier lugar del mundo. Ese esfuerzo era una INVERSIÓN A LARGO PLAZO.

El deslumbramiento.

Cuando llegué, luego de pasar la etapa de «turista», quedé digámoslo así «deslumbrado».

Ya estaba en estos lados y sabía que aquí en Canadá, si uno “se pone las pilas” y sabe hacer las cosas bien, puede ser y hacer lo que quiera. Es casi que el «sueño canadiense».

(Nota para los que podrían estar comparando esto con el ya obsoleto “sueño Americano”: Es bueno saber que el sistema de Canadá no está hecho para que uno se vuelva rico, simplemente funciona para que uno viva tranquilo y sin muchos lujos)

 

Continuando con el relato, me refiero a «quedar deslumbrado» con que uno aquí ya no ve las cosas de lejos sino de cerquita. Ya les profundizo más.

Haciendo la comparación, desde Colombia veía el partido como desde el televisor; uno sabe dónde están todos los jugadores y puede gritar «¿¡éste tipo por qué no se mueve pa’ tapar ese hueco!?» o cosas así…

¡Uno desde lejos ve todo! (o por lo menos ve las cosas más fáciles)

Foto por: Mark Freeman.
Desde aquí, uno tiene la vista completa y podría decidir adónde se debería mover cada jugador en la cancha. Foto por: Mark Freeman.

Pero llegué aquí y eso fue como haber entrado a jugar en la cancha… ya todo lo veo desde otro punto de vista, y a pesar de seguir con los mismos recursos como Internet (y hasta mejores recursos que en Colombia como tener a mano los periódicos locales en versión impresa y el poder hablar con los locales), uno como que con tanta cosa junta se satura…

De repente las cosas no se ven tan fáciles como uno las veía desde lejos.

Me da la impresión que algunas personas cuando dicen que Canadá es mala, probablemente lo hacen porque se han quedado en esa etapa que yo llamé «del deslumbramiento», saturación por exceso de información… y por chocarse con ciertas realidades y no poder ver las salidas.

Es que en realidad todo junto (vivir la vida, tener información), aunque es NECESARIO, te satura y te cansa si no lo sabes manejar con paciencia.

En la vida (y aquí más) he aprendido que todo se viene junto, sobre todo lo «malo». De este punto espero hablarles en otra entrada.

Paciencia…

¡Ay Dios!: La paciencia, ésa es la virtud de las virtudes. SABER ESPERAR.

Desde que uno empieza el proceso de inmigración, desde que uno está descargando de la web y va a llenar el primer paquete de formularios está desesperado y todo le palpita. Uno es un temblor apenas manda los sobres para el proceso, uno es un temblor apenas recibe un comunicado, y se desespera horriblemente para que le respondan cualquier cosa… y nada que uno ve alguna respuesta de que su proceso se mueva…

(Y bueno, como pueden ver, mi proceso se movió y desde aquí les estoy escribiendo)

La experiencia a TODOS nos ha demostrado que tenemos que hacer una Maestría en paciencia en nuestro país de origen.

Sí, una Maestría, porque uno al llegar aquí a Canadá/Quebec se da cuenta que debe seguir con el Doctorado en Paciencia, o sea el nivel avanzado. Aquí también hay que lidiar con más esperas para que la vida se mueva como uno siempre ha soñado.

Ésta es la paciencia que hay que tener para ver los resultados de la VIDA, de lo que uno está haciendo o en lo que ha invertido tiempo y esfuerzo.

LA PACIENCIA DEBE SER PROACTIVA*

(* O sea que uno debe hacer algo productivo mientras espera).

[Este relato Continúa aquí]

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Imagen de cabecera cortesía de Stuart Miles en FreeDigitalPhotos.net

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